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El Gobierno de Aragón iniciará este verano la quinta fase de restauración en la villa romana de La Malena

Los trabajos comenzarán una vez finalizadas las labores de emergencia en el yacimiento para minimizar los desperfectos causados por las lluvias 

La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón iniciará este verano la quinta fase de obras de restauración, protección y puesta en valor de la villa romana de La Malena, en la localidad zaragozana de Azuara. Esta nueva fase comenzará una vez que finalicen las labores de limpieza en el yacimiento, unos trabajos de emergencia que han permitido minimizar los desperfectos en los mosaicos causados por las lluvias torrenciales que afectaron al municipio y al yacimiento el pasado 13 de junio.

La directora general de Patrimonio Cultural del Ejecutivo aragonés, Gloria Pérez, ha visitado este martes la villa romana para conocer el resultado de las labores de limpieza y reparación de los daños ocasionados por el desbordamiento del río Cámaras el pasado 13 de junio tras las lluvias que causaron graves inundaciones y desperfectos en la localidad y en la villa

En esta jornada, Gloria Pérez ha dado a conocer también los trabajos que se acometerán en la quinta fase de restauración, que se beneficiará de las ayudas del Programa de mejora de la competitividad y de dinamización del Patrimonio Histórico con uso turístico convocadas por el Ministerio de Industria y Turismo para su restauración y puesta en valor, en el año 2023.

Directora general de Patrimonio CulturalTrabajos realizados en La Malena y V fase

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La ayuda proviene de fondos europeos MRR; fue concedida definitivamente en diciembre de 2024; la adjudicación definitiva de las obras a favor de la empresa Piedra Casbi (PCB) S.L. se firmó el pasado 4 de julio y el contrato se ha suscrito este lunes día 7. El presupuesto de adjudicación del contrato es de 986.150 euros y el plazo de ejecución de los trabajos será de ocho meses.

En esta quinta fase se pretende acometer las actuaciones que permitan proteger una buena parte del yacimiento, proseguir con la restauración de los importantes mosaicos conservados in situ, y a la vez establecer el uso turístico de las zonas ya restauradas y protegidas. Para ello, resulta imprescindible habilitar un pequeño edificio de acogida y servicios para la adecuada organización y regulación de las visitas. Todas las actuaciones continúan los mismos criterios del anteproyecto general redactado en el año 2017.

Afectado por las lluvias

Tras conocerse el sábado 14 de junio que el yacimiento se había visto afectado por las lluvias, técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural visitaron ese mismo domingo 15 la villa romana para evaluar su estado, visitas que han realizado en distintas ocasiones para conocer la evolución de los trabajos que se están desarrollando. El edificio no ha sufrido daños estructurales en la zona cubierta, si bien en la zona descubierta se han producido desplazamientos y otros deterioros en los muros de cimentación de hormigón de cal, que ya estaban preparados para fases posteriores de protección del yacimiento.

El agua accedió al interior por la doble exedra y alcanzó en la estancia 26 hasta 1,20 metros de altura, así como en el resto de estancias y el peristilo, mientras que en otras zonas el nivel subió hasta los 1,50 metros. Como primera medida de emergencia se retiró el agua, los lodos, las tierras de arrastre, escombros y otros residuos vegetales o desechos acumulados en la zona BIC protegida con cubierta y en los cerramientos, además de su limpieza en general.

En esa zona hay estancias con mosaicos ya restaurados (la estancia 26, donde se encuentra el mosaico de las Bodas de Cadmo y Harmonia) y otras con mosaicos que estaban preparados para su restauración (estancias 27, 33, 34, 42 y zonas 1 y 25 del peristilo). En todas ellas se ha trabajado para devolver los mosaicos a su estado previo, evitando su degradación irreparable.

Se acometen también actuaciones de limpieza, restauración y protección de mosaicos en las estancias 10, 47, 29a y la esquina noreste de la 19, en el peristilo, que han perdido sus protecciones por la riada y han sufrido daños, así como se ha vaciado la doble exedra, en las estancias 52 y 53.

Al mismo tiempo, se han ejecutado labores de limpieza en la zona de la villa cubierta sin cerramiento, que permitirán el inicio de la fase V de trabajos en el yacimiento. Una vez limpia la finca habrá que restituir el vallado perimetral, revisar cubiertas, bajantes y pozos drenantes y reponer el resto de elementos e instalaciones dañadas.

La directora general de Patrimonio Cultural y el alcalde de Azuara este martes en la visita a La Malena.

La Dirección General de Patrimonio Cultural ha destinado 368.162,88 euros a estos trabajos de emergencia. En el yacimiento se encuentra trabajando Piedra Casbi Construcciones, junto al equipo de restauradoras encabezadas por Ana García, que iniciaron sus labores el 16 de junio para minimizar los daños en los mosaicos. Junto a ellos, ha colaborado la empresa de restauración Artyco S.L., que acudió esa misma semana de forma desinteresada con 17 restauradores para ayudar en las labores de eliminación de lodos, agua y gravas del mosaico de la estancia 26, estancia en la que habían intervenido en 2022.

Los trabajos se encuentran muy adelantados, con la estancia 26 ya finalizada y la de los mosaicos de las estancias 33, 34, 42 y 27 prácticamente terminadas, ha explicado Gloria Pérez, para subrayar que, como resultado de la rápida intervención, “los desperfectos en los mosaicos se han minimizado”.

Según el estudio realizado por la empresa Artyco, se tendrá que intervenir en el mosaico de la estancia 26 (actuación incluida en la tramitación de emergencia), mientras que la restauración de los restantes mosaicos de las salas 33, 34, 42 y 27 se restaurarán en el marco de las obras de la V fase de restauración, protección y puesta en valor de la villa romana de La Malena, que comenzará este verano.

En la visita al yacimiento este martes, el co-director del proyecto de restauración de La Malena, Javier Ibargüen, ha detallado que en la quinta fase "efectuaremos un avance mayor" en los trabajos en la villa. "Estamos haciendo una reconstrucción volumétrica para que las estancias y los mil metros cuadrados de mosaicos se perciban en un espacio arquitectónico determinado y no como alfombras, como ocurre en otras villas romanas", ha señalado. 

Javier Ibargüen, co-director del proyecto de restauración de La MalenaEn esta quinta fase se producirá un avance mayor

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Por su parte, el alcalde de Azuara, Joaquín Alconchel, ha agradecido a la directora general, a los técnicos y a los restauradores voluntarios la rápida respuesta que ha permitido recuperar el yacimiento y que pueda comenzar en unas semanas la quinta fase de su restauración que permitirá descubrir "a todo el mundo" la importancia de los mosaicos y de la villa romana. 

Alcalde de Azuara"Agradezco a la directora el interés que han puesto para que el yacimiento se recupere y comience la quinta fase"

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Yacimiento de La Malena

El yacimiento arqueológico de La Malena, situado en Azuara, fue declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Zona Arqueológica, en marzo de 1992. El yacimiento data de los siglos III – IV después de Cristo y pertenece al tipo de las denominadas "de peristilo", modelo muy extendido en el valle del Ebro y en la Meseta. Tiene planta cuadrangular de aproximadamente 50 metros de lado.

La pars urbana o zona noble que ocupaban los propietarios se desarrolla en torno a un gran patio central dotado con un estanque y rodeado por corredores, que abrían a éste mediante un pórtico con columnas. Algunas zonas de la villa contaban con un sistema de calefacción mediante hornos y en uno de sus bordes fueron hallados los restos de un complejo termal.

Esta villa romana es singular por su riqueza decorativa. A partir del siglo IV, se diseñó un programa decorativo en el que destacan los pavimentos de mosaicos elaborados con motivos geométricos, vegetales y figurativos, construidos con teselas de mármol, caliza marmórea, cerámica y pasta vítrea. Los diferentes mosaicos se diseñaron en función del uso y ubicación de cada espacio dentro del complejo arquitectónico.

El descubrimiento científico de la villa tuvo lugar en el año 1986, como consecuencia de una intervención de urgencia llevada a cabo para valorar el grado de afección de las labores agrícolas sobre el yacimiento arqueológico. Desde aquel momento se sucedieron, hasta el año 1999, una serie de campañas arqueológicas promovidas por el Gobierno de Aragón.

En 1992, 1997 y 2007, el Ministerio de Fomento y el Gobierno de Aragón promovieron varias actuaciones con el fin de consolidar los restos que se encontraban al descubierto, establecer ciertas condiciones de legibilidad de las estructuras que permitiesen una correcta comprensión y eliminar la vegetación.

En 2010 y 2013 se llevaron a cabo actuaciones para conocer ciertas partes de la villa y adecuarla en su conjunto. Desde 2017 se han realizado cuatro fases de obras de protección, conservación y restauración de la villa lográndose proteger totalmente de la intemperie su ala oeste, en la que se ha restaurado el mosaico de Cadmo y Harmonía, situado en la estancia 26, y se han preparado las estancias 27, 33, 34 y 42, y el peristilo de esa zona (25) para la restauración de sus mosaicos. Además, se había protegido mediante un faldón de cubierta una parte del ala sur, acciones que continuarán con la quinta fase de trabajos en la villa.