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Los equipos que atienden a los menores que han cometido un delito han intervenido con más de 10.000 chicos y chicas en Aragón en la última década

Aragón es pionero en procedimientos educativos y de mediación que buscan trabajar con los chavales y su entorno y reparar el daño a la víctima

La Comunidad lidera en España las mediaciones extrajudiciales para intentar resolver los problemas evitando que los menores pasen por los Tribunales

Se trabaja con dos programas, uno hasta los 14 años y otro a partir de esa edad. Los delitos más frecuentes son hurtos y lesiones”

Aragón es referente en España en la atención a menores que delinquen a través de los dos programas que están implantados en la Comunidad. Se trata del EMCA (Equipo de Atención Educativa a Menores de 14 años) que funciona desde el año 2003 y por el que han pasado 2.638 chicos y chicas en este tiempo, 2.392 de ellos en la última década, y del EMA (Equipo de Medio Abierto) que entró en funcionamiento en 1993 y que trabaja con los menores que cometen delitos una vez cumplidos los 14 años (algunos pueden estar en el programa más allá de los 18). En el EMA se ha trabajado con 7.886 chicos en la última década.

Mari Carmen Sierra explica las actuaciones en el marco del EMA para menores mayores de 14

Mariví Broto, objetivo de los programas

Pascual Jiménez concreta los programas educativos del EMCA

Ambos programas tienen como base de trabajo la prevención, la atención integral al menor, a su entorno y a la víctima, así como la labor educativa para evitar la reincidencia. Un trabajo que, en palabras de la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, “evidencia la voluntad del Gobierno de Aragón de establecer bases firmes y coordinadas para evitar y reconducir, cuanto antes, situaciones conflictivas que tienen como protagonistas a menores y que, gracias a la educación y la mediación, pueden ser abordadas y encauzadas, dando a estas chicos y chicas una nueva oportunidad y reparando a las víctimas”.

Broto ha realizado estas declaraciones en el transcurso de una visita a las instalaciones donde trabajan ambos equipos, en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza. Al término de la misma, ha mantenido un encuentro de trabajo con los profesionales que integran el servicio, así como con el director gerente del IASS, Joaquin Santos, y la directora provincial del IASS en Zaragoza, Noelia Carbó. Tanto el EMCA como el EMA, ha explicado la responsable de esta área de trabajo, Mari Carmen Sierra Robres, tienen como objetivo “trabajar cuanto antes con los menores, reconducir conductas inadecuadas y prevenir situaciones de riesgo en estos chicos y chicas”.

En el caso del EMCA, de los 3.829 chavales que se ha atendido en estos once años en Aragón, la mayoría (el 80%) son varones, el 70% tiene más de 12 años (aunque se ha llegado a intervenir con niños de hasta 6 años), la práctica totalidad son de nacionalidad española, pertenecen a familias biparentales y estructuradas y los delitos más extendidos son el hurto, las lesiones o el acoso escolar.

Menores no imputables

Este equipo de trabajo – que integran tres educadores- tiene como objetivo evaluar, corregir o derivar las situaciones de conflicto social de los menores de 14 años infractores a la ley mediante la educación del menor en valores de convivencia y la introducción de cambios en su entorno familiar y social que posibiliten su desarrollo como persona. Pascual Jiménez de Bagüés, educador del EMCA, ha recordado que estos niños y niñas no son imputables, y en otras comunidades y de acuerdo con los instrumentos de valoración, aunque hayan cometido un delito, “solo se actuaría con aquellos que estén en situación de desprotección, que son un 5%”. En esta línea, ha añadido que “al poder trabajar con todos lo que estamos haciendo es abordar la situación, prevenir que vaya a peor y reparar a la víctima”.

El éxito de este programa –que ha sido tomado como ejemplo en Cataluña, Baleares, Castilla León y Cantabria y por el que se han interesado la Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha y el País Vasco –radica en que su acción se centra en tres pilares: la situación personal y familiar del menor, el hecho infractor que se ha cometido, y la víctima. De esta manera los educadores llevan a cabo una labor individualizada con los chicos y sus familias y las medidas que se establecen para reconducir la situación pasan por acuerdos familiares y sociales, amonestaciones o educación vial, entre otros.

Los otros ejes sobre los que pivota el programa son las acciones preventivas y de promoción de derechos y deberes de los menores, que radican en la actuación del equipo cuando es requerido por un centro educativo, un agente social o una localidad para evitar que un conflicto vaya a más. El EMCA ha impulsado también intervenciones comunitarias en algunas comarcas (como Bajo Aragón-Caspe o Campo de Daroca, entre otras) para actuar con todos los agentes que están en contacto con menores para intervenir coordinadamente sobre situaciones de conflicto, aun cuando están en una fase inicial.

En el caso del Equipo de Medio Abierto, EMA, el mayor éxito de este programa radica en que Aragón es la Comunidad de España con la tasa más elevada de resoluciones extrajudiciales en delitos cometidos por menores a partir de los 14 años. “Gracias al trabajo conjunto con la Fiscalía de Menores –ha destacado Mari Carmen Sierra Robres- más del 40% de los delitos puedan resolverse con medidas de conciliación-reparación, con las que se evita la judicialización, se interviene inmediatamente con el menor y se actúa con las víctimas”.

Al igual que ocurre con los menores de 14 años, en este caso también la gran mayoría de los chicos que delinquen son españoles, el 70% son varones y el delito más frecuente entre los 14 y los 18 años son los hurtos y las lesiones.

Pedir perdón y reparar el daño

En el caso de la conciliación-reparación, el equipo de educadores –integrado por 13 profesionales- establece que labores debe realizar el menor para reparar de daño causado, estas actividades pueden ir desde colaborar en entidades sociales (residencias, centros de personas con discapacidad o ludotecas, entre otras) o realizar actividades educativas con el equipo del EMA. Además, el autor del daño siempre debe pedir perdón a la víctima y llevar a cabo una reparación relacionada con el hecho delictivo. En el caso de las medidas judiciales, las resoluciones pasan por la libertad vigilada y los servicios en beneficio de la Comunidad.

La Ley de la Infancia y la Adolescencia en Aragón define a los menores en conflicto social como aquellos que pueden causarse daño a sí mismos o a los demás. Una definición a la que hay que añadir que estos chicos y chicas establecen una relación inadecuada con el entorno o un conflicto con el contexto normativo, poniendo en peligro su correcto desarrollo y dando lugar a un posible inicio del proceso de inadaptación social.

*Se adjuntan audios de la consejera María Victoria Broto

*Se adjuntan audios de la responsable de los Servicios EMA y EMCA, Mari Carmen Sierra Robles.

*Se adjuntan audios de Pascual Jiménez de Bagüés, educador del EMCA