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Miércoles, 24 de abril de 2024

Economía

Declarado de interés autonómico el proyecto de JV20 Forest que creará más de 100 empleos en Andorra

La empresa invertirá al menos 35 millones de euros en la puesta en marcha de una planta de fabricación de paneles de madera para la construcción y un aserradero

El Gobierno de Aragón ha declarado Inversión de Interés Autonómico el proyecto promovido por la empresa JV20 Forest en Andorra (Teruel), donde pondrá en marcha una planta industrial para fabricar paneles de madera tecnológica estructurales y un aserradero. Este proyecto -que los responsables de la compañía presentaban públicamente este martes junto al presidente de Aragón, Javier Lambán- supondrá una inversión de 35 millones de euros y la creación de más de 100 puestos de trabajo directos, además de otros 50 indirectos. La declaración de interés aprobada este miércoles permitirá agilizar, dando prioridad y reduciendo a la mitad los trámites administrativos, la ejecución de este proyecto que la compañía espera que esté ya operativo en 2024.

Esta inversión supone el desarrollo de un nuevo nicho de actividad derivado de la economía circular gracias a un procedimiento novedoso de producción de materiales de construcción basado en la madera que permite, además, el desarrollo de promoción de actividades forestales en el entorno que contribuirán a la conservación de los montes.

La actividad principal de la planta que se ubicará en Andorra será la fabricación de paneles de madera tecnológica estructurales (conocidos como CLT por sus siglas en inglés) para su uso en la construcción de edificios. Para ello, la compañía se dotará de un aserradero propio que le permita abastecer parcialmente a la planta industrial, y adquirirá el resto de materia prima necesaria de otros aserraderos nacionales e internacionales. En total, el proyecto ocupará una superficie de unos 100.000 m² en parcelas de suelo industrial para la planta de CLT, y de suelo rústico o industrial para el aserradero y patio de acopio.

La propia compañía destaca la positiva ubicación de Andorra para la comercialización del producto final que producirán en estas instalaciones, tanto en el mercado nacional como internacional. Las buenas conexiones por carretera facilitarán la distribución a toda la Península, teniendo en cuenta que las zonas donde más obra nueva se construye son Madrid, Barcelona y la costa del Mediterráneo y Andalucía. Por otra parte, la proximidad de los puertos de Valencia y Castellón favorecerá la comercialización internacional, teniendo en cuenta que un 70% de los materiales de construcción elaborados se exporta a través de dichos puertos.

La inversión a realizar por los promotores se distribuye en tres fases. La fase inicial, que incluye las obras de edificación de las naves, tiene una duración estimada de 24 meses (entre 2022 y 2024). La fase de inicio de operaciones se estima que se producirá en el año 2024, y en la tercera fase, una vez completados los primeros cinco años de operación, la empresa prevé superar la producción de, al menos, 60.000 metros cúbicos de CLT anuales mediante el trabajo en cuatro turnos en la fábrica y el aserradero.

Según las previsiones de la compañía, la fábrica de CLT proporcionará un total de entre 80 y 100 puestos de trabajo directos, mientras que el aserradero generará 30 empleos directos una vez estabilizado el negocio, incluyendo en ambos casos, personal directo de fabricación, almacén y otros, personal indirecto de fabricación, equipo comercial, ingeniería, reparaciones, administración y equipo directivo.

Digitalización y sostenibilidad

Esta inversión contribuirá tanto a la transformación digital –por el uso de tecnología en la fabricación y su contribución a digitalizar el sector de la construcción- como a la transición ecológica. En este último ámbito, esta industria promueve la economía circular y utiliza fuentes de energía renovables. Además, la utilización de madera tecnológica estructural en la construcción de edificios implica el uso de un material 100% sostenible que no genera residuos, ya que es reciclable, duradero a largo plazo y biodegradable. Además, es más eficiente desde el punto de vista térmico y energético, y captura y almacena CO2 durante la vida del activo.

La madera contralaminada -hecha a partir de la unión de pequeñas piezas de este material natural renovable- apareció por primera vez en Europa, concretamente en Austria y Alemania, a principios de la década de 1990. En los últimos tiempos este material está cobrando especial relevancia porque está demostrando todas las posibilidades que puede aportar a la construcción en madera estructural, debido a su versatilidad, su funcionamiento estructural muy diferente a sistemas anteriores, a su sencillez constructiva y a que está alcanzando alturas de edificación similares al acero o al hormigón.

Los cambios normativos relacionados con la economía circular están llamados a provocar una auténtica revolución en el sector de la edificación, dado que los edificios, tanto nuevos como rehabilitados, deberán estar compuestos en al menos un 50% de materiales reutilizados, reciclados o de fuentes responsables. Es por ello que se espera que materiales renovables de origen biológicos como la madera o el corcho adquieran un rol importante en un futuro inminente, ya que no se trata simplemente de materiales ligeros cuyos procesos de producción y transformación industrial emiten menos emisiones de gases de efecto invernadero, sino que, además, almacenan carbono atmosférico actuando como sumidero prolongado en el tiempo.