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Medio Ambiente

Olona reúne a la Comisión del Agua con la intención de recuperar el espíritu de diálogo y colaboración que requiere la gestión de este recurso

Aboga por la ecoeficiencia para hacer frente al cabio climático

Considera que se ha generado un mito en torno a ella y que hay que volver a la realidad y tratarla como el instrumento de desarrollo que es

Propone fortalecer a las comunidades de usuarios y evitar con el consenso el alto coste económico y social que tiene instalarse en el conflicto permanente

“Aunque como mito haya contribuido a forjar nuestra identidad, tenemos que ser realistas y centrar nuestra mirada en el agua como el recurso que es para el desarrollo de Aragón”. Con estas palabras ha iniciado el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón la reunión del plenario de la Comisión del Agua, integrado por cerca de setenta representantes de distintas instituciones y colectivos.

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Joaquín Olona  ha convocado a la comisión, que no se reunía desde 2014, con la intención de recuperar el espíritu de diálogo y colaboración que inspiró hace un siglo la creación de la Confederación Hidrográfica del Ebro, la primera del mundo en constituirse y un modelo que se ha seguido en muchos países.

Para el consejero, es necesario  cambiar la situación de permanente enfrentamiento en torno al agua porque “tiene costes económicos y sociales muy relevantes que lo único que hacen es lastar nuestro futuro”.

Para garantizar una gestión pública y eficiente, ha añadido, no basta con invocarla, “la clave está en fortalecer la comunidades de usuarios y favorecer la acción colectiva, una idea muy sencilla que ahora queremos recuperar, promover y actualizar”.

Asimismo, ha resaltado la especial situación ambiental que ha generado el cambio climático para insistir en la obligación de considerar la ecoeficiencia como uno de los ejes de trabajo.

Estas son las líneas maestras de la gestión del agua que el titular de esta materia ha expuesto ante  la comisión, que considera como el “máximo organismo social e institucional de participación”.  Por ello, se ha comprometido a fortalecerla  dándole la importancia y el reconocimiento que corresponde como entidad que recoge la representación de todos los agentes intervinientes en materia hídrica, de acuerdo a la Ley de Aguas y Ríos de Aragón.

Asimismo, Olona ha destacado que los retos de futuro en Aragón en relación con el agua exigen un nuevo marco económico y legal en el que el Gobierno oriente las actuaciones de interés general y los usuarios adquieran un mayor protagonismo en el desarrollo de las infraestructuras, así como en la responsabilidad sobre la calidad de las aguas.

“El interés privado no conduce necesariamente al interés general y la competencia propia del  mercado tampoco conduce a la eficiencia”, ha señalado.  Por ello, cree necesario dar mayor protagonismo a las comunidades de usuarios, “donde los interesados ejercen la cooperación y la acción colectiva en beneficio de su propio interés común”. Además, considera que deben de fortalecerse para “contribuir activamente a una gestión del agua que no sólo atienda al uso eficiente de los caudales, sino también a la calidad de las masas de agua”.

Otra de las prioridades del departamento es buscar soluciones al permanente conflicto generado por la gestión del agua entre  las cuencas –ahora demarcaciones- hidrográficas como unidades indivisibles y los poderes políticos descentralizados que configuran las comunidades autónomas. Por ello, el consejero cree necesaria “la innovación de la gobernanza del agua en coherencia con las exigencias de nuestro tiempo y de un territorio que, como es el caso de Aragón, atesora una rica tradición institucional en materia de aguas”. Una tradición que, ha añadido,  “en el marco del derecho está basada en el consenso, la concertación y la cooperación como actitudes imprescindibles en las que se sustenta una verdadera gobernanza.”

Durante su intervención, Olona se ha reafirmado en el apoyo al Plan Hidrológico del Ebro porque como plan de cuenca nada tiene que ver con ningún trasvase, “sólo posible en el ámbito de un plan hidrológico nacional”. Además, porque establece un régimen de caudales ecológicos conforme a la normativa europea y nacional, particularmente en la zona de desembocadura. Asimismo, el consejero considera que “no promueve la mercantilización del agua y recoge el sentir de los regantes cuya prioridad es regar, en absoluto vender agua”.

Por otra parte, el departamento está abordando  la revisión del Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración. Al respecto, pretende ir más allá de lo inicialmente previsto “intensificando la participación de los interesados, sobre todo de los ayuntamientos en coherencia con sus competencias”. El propósito es consensuar los criterios conforme a los que formular “un nuevo plan que ofrezca soluciones realistas y eficaces en vez de conflictos y problemas”.

En relación a la extinción del IAA y su consiguiente integración departamental como dirección general, Olona ha recalcado que pretende maximizar las garantías de legalidad, economizar medios compartiendo servicios generales y  conseguir una normalización y homologación de la gestión y de los procedimientos.

El titular de medio ambiente se ha referido también al Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA) y ha recalcado que, como impuesto aprobado por ley, no puede estar sujeto a negociación alguna. Se ha manifestado también preocupado por la “inadecuada” actitud del Ayuntamiento de Zaragoza, que podría provocar que los vecinos de la ciudad incurrieran en algún tipo de infracción tributaria. “Esta es una cuestión muy delicada, que nos preocupa mucho y sobre la que tenemos que trabajar con mucho cuidado”.