title.site title.site

Sábado, 20 de abril de 2024

Educación, Universidad e Investigación

El papel de la escuela rural centra unas jornadas de formación, en Calatayud

El director general de Innovación y Formación Profesional ha inaugurado el encuentro

La iniciativa parte del Centro de Profesorado de Calatayud

La necesidad de las comunidades educativas rurales de reivindicarse como innovadoras, inclusivas, igualitarias e implicadas con el medio es la razón de ser de la jornada de formación que esta mañana ha inaugurado el director general de Innovación y Formación Profesional, Toni Martínez, en el Centro de Profesorado de Calatayud.

El encuentro, que tiene lugar durante hoy y mañana, surge de un proceso de planificación participativa iniciado en el curso 2018-2019 promovido por la administración educativa a través de este centro de formación, que asumió la promoción de la escuela rural como una seña de identidad, y que contó con la implicación de docentes, asociaciones y entidades locales.

Durante la primera sesión de la jornada, los docentes han tratado de dar visibilidad a la capacidad innovadora de la escuela rural mediante una muestra en la que, utilizando el territorio como referencia didáctica, el alumnado de todos los niveles tiene la oportunidad de enseñar cómo el medio se convierte en un elemento curricular necesario para educar en el arraigo.

La jornada se completa con coloquios y ponencias en torno a experiencias educativas de éxito.

Escuela rural en Aragón

En Aragón, una de cada diez escuelas tiene menos de diez alumnos. 85 colegios de toda la comunidad aragonesa no llegan a la decena de alumnos.

El Departamento de Educación tiene un firme compromiso con la escuela rural y, desde la legislatura pasada, mantiene en cuatro la ratio mínima para mantener abiertos los centros, ya que en la legislatura anterior el número mínimo que se impuso para permitir la apertura de un colegio era de seis. Además, los casos en los que hay tres escolares se estudian con las familias y los ayuntamientos, lo que permite que la mayoría de estas escuelas también se mantengan abiertas. Así, este año se mantienen abiertas un total de 40 escuelas que de otra forma estaban abocadas al cierre, un número que se elevó hasta los 100 centros durante la legislatura pasada.

El Gobierno aragonés considera que esta política ayuda a la vertebración del territorio y es básica en la lucha contra la despoblación. En las escuelas rurales de la Comunidad estudia el 17% del alumnado, y a ellas se destina el 31% del presupuesto del Departamento. Hay que tener en cuenta que una plaza en un centro rural puede llegar a costar más de 8.000 euros, mientras en un centro urbano ronda los 3.000. Sin embargo, desde el Departamento no se entiende la educación como un gasto, sino como una inversión en el presente y en el futuro. Y en concreto en lo que se refiere a la escuela rural, menos aún. Porque es en la escuela rural en la que se han creado proyectos de innovación que luego se han exportado con éxito a los centros urbanos. Y porque el Gobierno es firme defensor de que los alumnos puedan ir al colegio cerca de sus domicilios y, en este sentido, el mantenimiento de los centros en la escuela rural permite que no tengan que salir a otras poblaciones cercanas para estudiar, lo que se traduce en un mayor arraigo y en un ahorro de tiempo para ellos y para sus familias.