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Estudios técnicos descartan la intoxicación de trabajadores de la residencia de Huesca por el uso de insecticida entre 1993 y 1995

Así lo avalan los informes emitidos por los expertos en Toxicología de la Universidad de Zaragoza y la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ)

Un informe elaborado por expertos en Toxicología de la Universidad de Zaragoza descarta con rotundidad la presunta relación del uso del plaguicida "Dead-Mell", entre octubre de 1993 y febrero de 1995, con los diferentes procesos patológicos que en los últimos años han podido afectar a varios trabajadores de la residencia de personas mayores de Huesca.

El estudio de la Universidad de Zaragoza concluye que "no existe un diagnóstico analítico que constate la intoxicación por organofosforados" y que el único informe en el que se plantea hipótesis de causalidad "se basa en antecedentes cronológicos del uso de plaguicidas que conocemos falsos".

El estudio explica que tanto la utilización de los aplicadores manuales como la mezcla del insecticida con otros productos de limpieza "minimizó el riesgo tóxico del producto" y produjo "la rápida inactivación de sus principios activos", y se reseña que "las características de 'Dead-Mell', el mecanismo, modo y zonas de aplicación permiten descartar la inhalación directa del producto y el contacto cutáneo significativo".

El informe toxicológico confirma además que la intoxicación acaecida en el Hospital Valle de Hebrón de Barcelona en 1994 "no puede ser considerada un antecedente del caso que nos ocupa", tal como apuntan o sugieren algunas fuentes.

El informe de la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ) confirma que la persona que planteó la reclamación judicial "en ningún momento ha presentado manifestaciones clínicas propias de una intoxicación aguda por organofosforados" y que "no existen manifestaciones clínicas propias de intoxicación crónica".