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Sábado, 27 de abril de 2024

*** En resumen:

3. Principal grupo de riesgo.

La mayoría de los adultos han estado en contacto con alguna cepa de meningococo y poseen un nivel de anticuerpos suficiente para protegerles frente a esta enfermedad, con lo que la susceptibilidad (o probabilidad de desarrollar la enfermedad) es mayor en la población infantil y juvenil, siendo el principal grupo de riesgo los menores de 15 años, exceptuando los 6-8 primeros meses de vida en los que existe inmunidad materna.

Los meningococos se eliminan al toser o estornudar, pasando al aire y sedimentando en superficies, donde se destruyen fácilmente debido a su falta de resistencia a los factores del medio ambiente.

Es necesario que llegue inmediatamente de la faringe de un portador o de un enfermo a otra faringe humana para seguir la cadena de transmisión, lo cual requiere gran proximidad física.

Las personas que han tenido esa proximidad física son la denominada población de alto riesgo o contactos íntimos y se definen como aquellos que 10 días antes de la hospitalización del enfermo viven con él, duermen en la misma habitación, comen en la misma mesa, mantienen contactos físicos en juegos, relaciones sexuales, etc. o bien están expuestas a secreciones rinofaríngeas del enfermo (besos, respiración boca a boca..etc).

Así se cierra el ciclo de transmisión de esta enfermedad, que se presenta fundamentalmente como casos aislados, apareciendo sólo excepcionalmente casos secundarios, es decir, en forma de brotes (aparición de dos o más casos relacionados entre sí con un origen común).

5. Clínica, diagnóstico y tratamiento de la meningitis meningocócica.

La meningitis se caracteriza clínicamente por la aparición, de forma más o menos brusca, de síntomas respiratorios, dolor de cabeza intenso, fiebre elevada, náuseas, vómitos, rigidez de nuca y frecuentemente erupción en la piel con manchas rosadas y pequeñas vesículas.

No hay diferencias en la sintomatología entre los diferentes serogrupos del meningococo.

El diagnóstico es mediante la clínica y el aislamiento en sangre o líquido cefalorraquideo (LCR) del meningocóco.

El tratamiento del paciente se realiza con antibióticos.

La evolución de los casos suele ser favorable. Con los tratamientos antibióticos actuales la letalidad es inferior al 10%.

Son, básicamente, la quimioprofilaxis, la vacunación y la vigilancia de los síntomas que puedan presentar las personas que han estado en contacto con el afectado.

La quimioprofilaxis.

Requiere siempre prescripción y control médico para evitar la existencia de posibles contraindicaciones y establecer la limitación temporal del tratamiento.

Consiste en la administración de antibióticos a los contactos íntimos de un enfermo de meningitis. Es la principal medida de prevención de la enfermedad meningocócica.

La quimioprofilaxis tiene una doble finalidad:

Es importante dar la quimioprofilaxis lo más rápidamente posible, incluso si es posible en las primeras 24 horas tras identificar un caso de meningitis meningocócica.

Todos los contactos íntimos deben recibir quimioprofilaxis.

Para realizar la quimioprofilaxis existen diferentes fármacos que han demostrado su eficacia y que deben ser recetados por los médicos.

Existe una vacuna frente a los meningococos A y C, cuyas características se comentarán más adelante.

No existe vacuna frente al meningococo B.

Vigilancia de síntomas de los contactos.

Todos los contactos íntimos del caso deben ser informados sobre la enfermedad y las medidas a tomar.

La vigilancia clínica de los contactos íntimos del enfermo debe ser llevada a cabo al menos durante los primeros 15 días desde el diagnóstico del caso.

Estos colectivos deben conocer que ante la aparición de cualquier síntoma sospechoso deben acudir a su médico, especificándole que en su entorno ha aparecido un caso de meninigitis meningocócica.

7. Vigilancia Epidemiológica de la meningitis meningocócica.

La Vigilancia Epidemiológica de infección meningocócica en España comenzó en el año 1901, con el fin de impedir la propagación a nuestro país de una importante epidemia que afectaba a Portugal.

Desde entonces es una enfermedad de declaración obligatoria (EDO), bajo sospecha y urgente; es decir, todos los médicos que sospechan la existencia de un caso lo notifican urgentemente a las Direcciones de Salud Provinciales correspondientes, donde los técnicos de salud coordinan las medidas de prevención y control de la enfermedad y llevan a cabo el análisis de la información para conocer el patrón epidemiológico de la misma.

SITUACIÓN DE LA MENINGITIS MENINGOCÓCICA EN ARAGÓN

La meningitis meningocócica presenta, tanto en España como en Aragón, un patrón epidemiológico caracterizado por ondas epidémicas, de aproximadamente 13 años de duración media, separadas por periodos de baja incidencia de la enfermedad (periodos interepidémicos).

Desde 1940 las principales ondas epidémicas tuvieron lugar los años 1971 y 1979 (Gráfico 1) donde se alcanzaron las tasas más elevadas del siglo, superiores a 17 casos por 100.000 habitantes a nivel nacional y de 13 casos por 100.000 habitantes en Aragón.

Desde 1990 nos encontramos en el periodo interepidémico correspondiente a la onda del año 1979.

Así, durante los dos últimos años (1995 y 1996) las tasas de incidencia tanto en España como en Aragón no han superado los 3 ó 4 casos por 100.000 habitantes, lo que equivale a decir que en 1995 de cada 100.000 aragoneses 2,4 se vieron afectados por la enfermedad (30 casos) y en 1996 la padecieron 4,2 de cada 100.000 aragoneses (51 casos).

Dado que la meningitis meningocócica tiene un marcado componente estacional, apareciendo los casos a la entrada y salida del invierno, es necesario analizar los datos por temporadas epidémicas.

Una temporada epidémica es el periodo de tiempo comprendido entre el mes de octubre de un año y el mes de septiembre del año siguiente. En la comparación entre las dos últimas temporadas epidémicas (1994/95 y 1995/96) y la actual, podemos observar que no existe un aumento significativo de casos (Gráfico 2).

En el análisis de la evolución de los casos y de los serogrupos aislados en los últimos 8 años (1989-1996) podemos ver un predominio anual del serogrupo B sobre el C hasta el año 1995.

En el año 1995 se igualan el número de declaraciones de serogrupo B y C (a expensas de una disminución del B y un ligero aumento del C) y en 1996 nuevamente existe un predominio del serogrupo B (Gráfico 3 y Tabla 1).

Tabla 1. Meningitis meningocócica en Aragón . 1989-96 distribución anual según serogrupo aislado, cultivos(+) a meningocóco, y total de casos de meningitis.

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

Serogrupo B

14

4

7

7

14

13

7

12

Serogrupo C

2

4

2

5

6

5

9

6

TOTAL Cultivo + ((1))

35

26

29

16

25

24

18

33

TOTAL CASOS ((2))

60

30

42

31

45

35

30

51

En algunos casos el cultivo no se puede realizar o es negativo, ya que no siempre se consigue el crecimiento de la cepa. En otros casos tampoco es posible el tipado de la cepa, a pesar de haberse cultivado el meningococo.

Desde el 1 de Enero de 1997 hasta el día de hoy (28 de febrero de 1997) han sido declarados 13 casos de infección meningocócica, de los que han fallecido una persona (afectada por una meningitis tipo B), cuya distribución por serogrupo y provincia es la que figura en la tabla siguiente.

Tabla 2.

HUESCA

TERUEL

ZARAGOZA

ARAGÓN

A

B

2

1

2

5

C

1

2

3

NO SEROGRUPADO

5

5

TOTAL

3

1

9

13

El principio activo de las vacunas antimeningocócicas utilizadas actualmente en nuestro país es el polisacárido del meningococo de los serogrupos A y C. Además, la vacuna contiene como excipientes lactosa, cloruro sódico y agua para inyectables o una solución isotónica tamponada.

La vacunación consiste en la administración de una sola dosis de 0'5 ml por vía subcutánea profunda. La administración debe realizarse en la parte superior del brazo, salvo en niños muy pequeños a los que deberá aplicarse en la cara anterolateral del muslo. La vacuna antimeningocócica AC puede administrarse al mismo tiempo que otras vacunas del calendario de vacunaciones infantiles.

La vacuna desarrolla anticuerpos protectores, los cuales protegen de padecer una meningitis en alrededor del 80% de los vacunados. Los anticuerpos aparecen al cabo de 7-10 días de haber administrado la vacuna. La vacuna frente al serogrupo C produce sólo una respuesta protectora de anticuerpos a partir de los 18-24 meses de edad.

La protección que ofrece la vacuna dura unos 3-5 años, dependiendo de la edad de la persona vacunada. Los niños menores de 4 años pierden antes los anticuerpos que los niños más mayores y los adultos.

La revacunación puede estar indicada en personas con alto riesgo de infección como en situaciones de epidemia. En estos casos los niños vacunados antes de los 4 años de edad pueden ser revacunados a los 2-3 años de la vacunación y niños vacunados a partir de los 4 años de edad y adultos a los 3-5 años.

La vacuna antimeningocócica no está incluída en ningún calendario vacunal del mundo. Puede estar indicada su utilización, siempre previa prescripción médica, en casos de contacto íntimo con un enfermo o cuando la incidencia de meningitis C supera en 20 veces el número de casos habitual.

Las vacunas antimeningocócicas son muy seguras aunque, como cualquier otra, pueden producir reacciones adversas. Éstas son poco frecuentes, sin importancia y de breve duración (1 ó 2 días).

Generalmente se trata de reacciones locales que consisten en enrojecimiento, ligero endurecimiento y sensibilidad o dolor en la zona donde se ha administrado la vacuna. Rara vez aparecen reacciones febriles (el 2% o menos de los niños pequeños vacunados) en los 3 primeros días tras la vacunación.

Hasta la fecha no se ha notificado ninguna secuela debida a una reacción adversa, ni ninguna encefalopatía, meningitis o encefalitis.

La administración de esta vacuna está contraindicada a aquellas personas que presenten alergia a alguno de los componente de la misma.

Su administración debe retrasarse en aquellas personas que sufran una infección febril aguda grave hasta su recuperación.

(1)() incluye los casos en los que el meningococo no ha sido serogrupado.

(2)() incluye los casos en los que el cultivo del meningococo no ha podido realizarse o ha sido negativo, siendo los casos diagnosticados por la clínica.