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Viernes, 6 de diciembre de 2024

Discursos

Lambán: “Causas y bienes políticos mayores son los que nos unen, convirtiendo la heterogeneidad ideológica en un valor y no en una carga”

DEBATE DE INVESTIDURA

Apuesta por la transversalidad y por la centralidad para reconstruir el gran contrato social y político de la Transición”

El candidato a presidir el futuro Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha expuesto hoy, en el primer día del Debate de Investidura, el programa político que pretende desarrollar en los próximos cuatro años. Revalidar la presidencia puede ser posible tras el acuerdo alcanzado entre PSOE, PAR, Podemos, CHA e IU que incluye 132 medidas y a partir del cual diseña el plan del Gobierno con el horizonte del año 2030.

El resultado es un programa que tiene la huella de todos y cada uno de los participantes pero que está construido sobre una idea central: “Aragón entendido como un proyecto común, como espacio de ciudadanía, como espacio de generación de riqueza compartida y de empleo, mediante un aprovechamiento inteligente y sostenible de los recursos, tanto de los humanos como de los naturales y patrimoniales”.

Pero hay más razones para apostar en este momento por la transversalidad y por la centralidad. La necesidad de reconstruir el gran contrato social y político de la Transición, que dio lugar a los cuarenta mejores años de la historia de España y que la crisis económica de 2008 hizo saltar por los aires.

Reconstruir ambos contratos es, a su juicio, la tarea “más urgente” que el país tiene por delante y afirma que no lo pueden hacer en solitario ni la izquierda ni la derecha. Es una tarea común “que nos obliga a dialogar y a acordar y ese ejercicio y esa actitud debemos empezar a practicarlos desde todos los ámbitos del Estado incluidas las comunidades autónomas, porque los ciudadanos cada vez entienden menos las batallas políticas por el poder sin ningún otro objetivo”.

Y también apuesta por grandes acuerdos transversales para afrontar imperativos como la lucha contra el cambio climático o las oportunidades que le ofrecen a Aragón el mercado global o la economía digital.

“Son pues causas y bienes políticos mayores los que nos unen, lo cual convierte a la heterogeneidad ideológica en un valor y no en una carga”, afirma el candidato a presidir Aragón, Javier Lambán.

Se muestra convencido de que dentro de cuatro años volveremos la vista a este momento admirados del cambio experimentado por Aragón y aunque ya prevé que habrá problemas, cree que compartir una visión de Progreso colectivo permitirá resolverlos.

La legitimidad de las urnas para plantear un gobierno transversal

La primera de las razones que legitima su aspiración a presidir el Gobierno se basa en el resultado electoral del 26 de mayo, en que el PSOE ganó claramente las elecciones, aumentando en 62.405 votos los obtenidos cuatro años antes y que alcanzó una diferencia de diez puntos con la segunda fuerza política, el PP.

Desde esa legitimidad, además de la de un balance de gestión que cuenta con un 91% de cumplimiento de sus objetivos, plantea este gobierno, “heterogéneo desde el punto de vista ideológico pero homogéneo en torno a la defensa del Estatuto”, a construir Aragón como proyecto común y a contribuir a la superación de la crisis social y política que vive el país.

Y sostiene que una mayoría firmemente comprometida con el Estatuto solo puede alcanzarse trascendiendo las barreras ideológicas y buscando la transversalidad, que es sinónimo de centralidad.

El candidato a presidir el Ejecutivo insiste en seguir entendiendo Aragón como un proyecto común, defendiendo la centralidad y rechazando el frentismo y apelando al talento y al compromiso de la sociedad civil aragonesa como requisito imprescindible para que el futuro de Aragón “se escriba en términos de éxito”.

Ha relatado que esa fue desde el primer día la apuesta conjunta del PSOE y del PAR a la que se llamó luego a compartir ese espacio a todos aquellos que asumieran el Estatuto y los consensos básicos de la política aragonesa de los últimos años. Y el resultado es un programa que tiene la huella de todos y cada uno de los participantes pero que está construido sobre una idea central: Aragón entendido como un proyecto común.

Lambán ha puesto en valor este difícil empeño afrontado en estos momentos, cuando no es fácil la gobernabilidad ni en España ni en la mayor parte de las CCAA, dada la complejidad de la composición de los parlamentos.

Pero sostiene que, si en algún lugar pueden tener éxito las coaliciones transversales de gobierno, es justamente en Aragón, donde existen antecedentes como el de la coalición PSOE-PAR entre 1999 y 2011, apoyada en primera instancia por IU, presidido por Marcelino Iglesias con el apoyo de José Ángel Biel.

En todo caso, admite que es la realidad “que nos toca gestionar y el éxito o el fracaso del empeño dependerá de que cada cual sepa defender su posición escuchando a los demás y dispuesto a ceder en aras del acuerdo; de asumir que nadie tiene toda la razón ni mucho menos ninguna clase de superioridad moral sobre los demás y de aceptar que, puestos a definir con honradez y sin sobreactuaciones el interés general de la Comunidad, las diferencias entre los partidos se diluyen sustancialmente en favor de las coincidencias”. Y se vale del pensamiento del filósofo y ensayista Montaigne, para quien “cualquier negociación es compatible con la preservación de la libertad de nuestra alma, sin necesidad de hipotecarla”.

Javier Lambán ha repasado la realidad nacional e internacional para afirmar que “vivimos tiempos difíciles”. La falta de respuesta de la Unión Europea a ciertos desafíos como la inmigración; el Brexit o carecer de un Gobierno parlamentariamente sólido en España, está generando y extendiendo “miedo y desconfianza”, alimentando la desafección política y siendo el combustible de populismos radicales, xenofobia o nacionalismos, “viejos enemigos íntimos que creíamos olvidados”, cuya erradicación es un imperativo “indemorable”, añade.

Para ello, se propone que el Gobierno asuma, desde el primer día recuperar y propiciar espacios de seguridad y de confianza, como son las propias propuestas de desarrollar un gran contrato social, verde y digital.

Pero se ha referido además a la oportunidad de avanzar en esa misma dirección asumiendo con todas las consecuencias “nuestra condición de elemento constituyente y constitutivo de la nación española, ahora que, por causas de todos conocidas, la integridad y el futuro de la misma como proyecto común están en riesgo”. Dicha implicación aragonesa en la política española, aunque no suficiente desarrollada, cree que forma parte de la mejor tradición y puesta en práctica por algunos ilustres antepasados como el Conde de Aranda –del que mañana precisamente se celebrará el tercer centenario de su nacimiento-; o de Joaquín Costa, quien decía que “Soy aragonés, español dos veces”.

“Como Costa y como Aranda, pensar en Aragón es pensar en España, sentirnos concernidos por sus problemas y querer ser parte de la solución de los mismos, empezando por el más grave de todos que nos afecta doblemente por nuestra pertenencia a España y por nuestra vecindad con Cataluña”, lo que se brinda –según Lambán- como una oportunidad para contribuir a recuperar la confianza de los ciudadanos en uno de los asuntos que más incertidumbre les genera.

Igualmente, sostiene que construir Aragón es construir España, lo que es favorable a reclamar para los principales proyectos de la Comunidad una dimensión estratégica nacional.

“Aragón ha sido siempre tierra de prodigios, de creaciones brillantes”, tanto en el pasado como en el presente, donde el talento de sus gentes “están haciendo de Aragón una metáfora del Progreso”. Pero afirma que “la fuerza de nuestra identidad no está en los mitos del pasado. Está en los lazos compartidos, en el esfuerzo sostenido y en los valores asumidos para afrontar el futuro. En la fuerza de la ciudadanía como vínculo central de la democracia”.

Por ello, invita a establecer entre todos ese nuevo gran Contrato Social para lanzar a Aragón a una transformación sin precedentes. “Establezcamos los cauces y pactemos los caminos para que, desde esa libertad, los aragoneses puedan avanzar en pos de aquel bello ideal constitucional de Cádiz: “la felicidad de la nación”.

Su discurso ha finalizado solicitando la confianza de la Cámara para poder abrir las puertas al Aragón del futuro, “para que los verdaderos protagonistas de nuestra transformación, los aragoneses, puedan avanzar libre y felizmente hacia él”.