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Agenda 2030

LA VIVIENDA COMO AGENTE QUE ORDENA

José Vicente Lacasa. Consejero de Ordenación Territorial, Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Aragón

Me piden de la Gaceta de los Negocios un artículo sobre la vivienda en Aragón. Delante del folio en blanco y dada la difusión nacional de esta publicación creo que para empezar a centrar la cuestión es conveniente comentar a grandes rasgos las peculiaridades de la Comunidad Autónoma de Aragón para localizar la propuesta en un territorio concreto y no de forma abstracta y de difícil localización.

Aragón tiene una extensión de 47.645 kilómetros, el 8,6% de la superficie nacional, extensión que se reparte a partes iguales entre las tres provincias, jalonadas por un total de 729 municipios, de los cuales 515 tienen menos de 500 habitantes. En ellos vivimos algo más de 1.200.000 personas según el censo de 1994, población que viene a suponer el 3,% de la nacional y que ofrece en el cómputo de la región una tasa de 25,2 habitantes por kilómetro cuadrado.

Se trata de unos datos generales que ponen de manifiesto una cuestión inicial, el enorme esfuerzo económico que supone atender a este territorio con una población enormemente dispersa y con una gran ciudad -Zaragoza- que distorsiona los datos del conjunto y que, sin lugar a dudas hace que estemos hablando siempre de una gran urbe, por un lado, y de una gran cantidad de municipios, por otro.

Ante esta perspectiva, la vivienda, junto a otras infraestructuras, tiene que considerarse como un agente ordenador del territorio de primera dimensión. Podemos hacer todas las distinciones que queramos entre las áreas urbanas y las rurales pero la vivienda siempre será un argumento decisivo para que una familia se sienta más identificada con la tierra, la ciudad o el pueblo que pisa. Es decir, que la vivienda, sobre todo en las áreas rurales y dispersas, cumple con una función similar a la de un ancla: fija al habitante de un pueblo en él, función que multiplica su efecto positivo, si quien decide quedarse es una persona o familia joven.

La vivienda sigue siendo una de las principales preocupaciones de las familias aragonesas y, por extensión, de los jóvenes. Supone preocupación porque con toda seguridad su adquisición es el mayor desembolso económico que muchas personas o familias hacen a lo largo de su existencia. Que este desembolso sea lo más accesible y racional, lo más cercano posible a la media de recursos parece ser una de las obligaciones de las administraciones, sin lugar a dudas con capacidad de influir en el comportamiento de los mercados a través de diversos mecanismos.

Lo cierto es que la Comunidad Autónoma de Aragón es una de las cuatro que experimentaron un descenso en el precio medio de la vivienda nueva durante el primer semestre de este año. Según la Sociedad de Tasación,el metro cuadrado se situó en 130.200 pesetas, lo que viene a suponer un descenso del 2,4% con respecto al cierre del año 1996. En cualquier caso, "domesticar" el precio de la vivienda para hacerla lo más accesible posible al mayor número de ciudadanos sigue y debe ser siendo una meta.

Esta intención, sin embargo, no va a ser fácil de plasmarla. La pirámide demográfica pone de manifiesto que puede producirse una intensificación de la demanda de aquí al año 2005, un aumento de ritmo que incluso puede ser acelerado por la mejora en la financiación (descenso de los tipos de interés) y unas perspectivas económicas bastante más halagüeñas que hace unos meses.

El Gobierno de Aragón tiene depositadas muchas esperanzas en el Plan de Vivienda y en la trayectoria del Plan a lo largo de 1997 después de excelente nivel de cumplimiento de los cupos a lo largo del primer año de vigencia del Plan.

Nuestra intención es alcanzar durante estos cuatro años un ámbito de influencia que alcance a las 20.000 familias en distintas ayudas y subvenciones, con unos fondos destinados por parte del Instituto del Suelo y la Vivienda de Aragón (ISVA) que van a superar en estos cuatro años los 5.500 millones de pesetas, cuantía que se unirá a otros 15.000 millones que aporta el Ministerio de Fomento.

Para este año, la Comunidad Autónoma de Aragón mantiene un techo de 8.850 actuaciones tras la renegociación de los objetivos fijados en la reunión de Santander, donde se estableció el reparto entre las comunidades autónomas, casi 2.000 actuaciones más que las iniciales.

Personalmente, sin ningún tipo de connotación política, con los datos objetivos encima de la mesa, que es como se puede estar o no de acuerdo, estoy satisfecho del tratamiento dado a Aragón. No en vano este nivel de actuaciones coloca a Aragón en la sexta posición del ranking nacional, con un peso específico del 4,47% con respecto al global.

Lo que quizás no se ha valorado suficientemente es que para sacar adelante estas posibilidades de actuación se han derivado hacia Aragón 40.000 millones de pesetas de volumen crediticio, una cantidad creo que importante, disponible en las entidades bancarias y de ahorro que operan en la región.

De la misma forma, el Gobierno de Aragón tiene también puestas sus esperanzas en Residencial Parque Goya, un área en las afueras de Zaragoza, cuyo suelo, propiedad del ISVA, ya está en buena parte en manos de cooeperativas y promotores para construir en total 1.100 viviendas. Hace sólo unas fechas quedó adjudicado ya el concurso de las obras de urbanización por algo más de 1.140 millones, obras que pagará íntegramente el propio ISVA.